La Catrina, muy aseada,
con su escoba se acercó,
buscando a los intendentes,
que al trabajo no faltó.Los encontró en la escuela,
barriendo con gran afán,
“¡Vengan conmigo!”, les dijo,
“les tengo un plan mortal.”Pero los intendentes listos,
con su trapo y su jabón,
limpiaron tan bien la guadaña,
que la muerte perdió su función.“¡Estos me han engañado!”,
la flaca se lamentó,
y entre risas y trapeadores,
al más allá los cargó.
Calaveritas literarias para intendentes
Calavera enviada por Portes el 25 de agosto de 2024.