Era un domingo y Rogelio descansaba
En eso llegó la huesuda y le dio unas patadas
Rogelio se defendió y la flaquita se lo fregó
Cuando despertó estaba arañado
No era la huesuda sino su gato
El gato estaba tirado y Rogelio a su lado
Le dijo perdón gatito por haberte asustado
El gato se enojó y lo acuchilló
Y así con la huesuda ahora sí se lo encontró
Para Rogelio la porra te saluda
Calavera enviada por Calaveras el 15 de octubre de 2016.